Competencia y potencial de mercado


¿Es su idea una buena oportunidad de hacer negocio?

La novedad por sí sola no significa nada si su idea no tiene un buen potencial comercial. Muy pocas personas comprarán un producto sólo porque se trata de una invención. Sólo lo comprarán si le pueden dar un uso y lo prefieren frente a los productos competidores.

Por tanto, si espera Vd. interesar a empresas e inversores en su idea, deberá convencerlos de que les ofrece una lucrativa oportunidad de negocio con los menores riesgos posibles. Deberán ver un potencial de beneficios suficientemente grande en su idea para multiplicar muchas veces la inversión que hagan.

Pensar en términos comerciales le ayuda también a reducir su propio riesgo financiero, que se incrementará a medida que desarrolle su idea.

Competencia

Cuando piense en el potencial comercial de su idea, debe considerar qué tal se portará frente a la competencia.

También le conviene estudiar a la competencia por otra razón: si su idea es completamente nueva, es posible que lo que pueda averiguar sobre los productos competidores de otras empresas constituyan los únicos datos fiables del mercado de que disponga.

La competencia no sólo significa los productos iguales o similares a su idea. Significa cualquier cosa que actualmente se use para resolver el problema del que se ocupa su idea.

Por ejemplo, si su idea es una nueva ratonera, la competencia no sólo la constituyen todas las demás ratoneras. Debe incluir todos los métodos para librarse de los ratones, ¡incluso los gatos!

Salvo que ya sea un experto en el campo de su invención, valorar la competencia supone por regla general tres fases:

  • 1. ¿Quién es su competencia?

    Usando Internet, debiera resultar bastante fácil encontrar productos y tecnologías en cualquier lugar del mundo. No ignore un producto sólo porque no se vende en su país. Hoy día los mercados son globales, y productos que actualmente sólo se venden en un país podrían estar disponibles en todo el mundo en cuestión de meses.

    Al igual que con el estado de la técnica, búsquelos en tiendas, puntos de venta, catálogos, etc. Lea publicaciones del sector y visite ferias y exposiciones para descubrir qué tipo de gente está comprando o no comprando, y para descubrir nuevos productos recién salidos al mercado.

    Hable con la gente que trabaja en los correspondientes oficios o profesiones. Pregúnteles qué productos y métodos utilizan y cuáles no, y por qué. (Por supuesto, no revele su invención). En particular, los expertos retirados podrán ofrecerle información valiosa que no hubieran tenido libertad para revelar cuando estaban empleados. También tendrán tiempo que dedicarle, y si les gusta lo que hace, es posible que incluso estén dispuestos a participar en su proyecto.

  • 2. ¿Hasta qué punto constituyen una amenaza?

    Debe averiguar todo lo posible sobre cada una de las empresas competidoras. Si la empresa vende muchos productos, limítese a aquellos que competirán con su idea. Por ejemplo:

    • ¿Cuánto dinero está consiguiendo la empresa de esos productos?
    • ¿Cómo fijan el precio de los productos?
    • ¿Cada cuánto tiempo mejoran o sustituyen productos?
    • ¿Qué cuota de mercado tienen? ¿Está creciendo o menguando?
    • ¿Cómo y dónde distribuyen sus productos?
    • ¿Con qué amplitud hacen publicidad de sus productos y de su marca?
    • ¿Cómo es de bueno su servicio técnico y post-venta?
    • ¿Qué reputación tienen entre los clientes y en el sector?

    Tenga presente que la capacidad de una empresa para competir puede depender más del marketing que de la tecnología, así que no subestime la amenaza de un producto técnicamente inferior si la empresa que lo vende puede permitirse gastar mucho dinero en su comercialización.

  • 3. ¿Puede su idea competir con posibilidades de éxito contra ellos?

    Lanzar un producto nuevo nunca es fácil, porque el mercado ya pertenece a la competencia. Son conocidos, tienen experiencia y es posible que ya gocen de la confianza de los consumidores, mientras que su producto es un desconocido. Piense bien si su idea tiene realmente la capacidad de hacerse con una parte suficiente del mercado como para constituir una oportunidad de negocio tentadora para una empresa o un inversor.

    Algunas preguntas que conviene que se haga son:

    • ¿Realmente hay alguien que necesite su producto?
      El problema que resuelve su invención puede interesarle a Vd., pero hay suficiente gente que comparta ese interés? Si no es así, es posible que el mercado sea demasiado pequeño y no exista una expectativa de rentabilidad suficiente para intentarlo siquiera.
    • ¿Cuál es el mejor mercado para su producto?
      Esto rara vez es tan fácil de responder como piensan muchos inversores. Una misma invención puede frecuentemente desarrollarse de maneras distintas, así que busque nichos de mercado, zonas en las que la oferta existente sea escasa o la competencia sea débil.
    • ¿Cuál es el mercado más fácil de acceder?
      La reducción de riesgos tiene que ser una prioridad a la hora de lanzar un producto nuevo. Si resulta caro entrar en su “mejor” mercado, puede ser buena idea comenzar con otro al que resulte barato acceder, aún cuando resulte menos rentable. El éxito en este mercado puede facilitar la entrada en mercados más rentables en un segundo momento.
    • ¿Cómo anda de salud su mercado-objetivo?
      ¿Está creciendo o reduciéndose? Debería plantearse si quiere entrar en un mercado en declive, salvo que considere que su producto puede reavivarlo. Mirando al futuro, ¿está emergiendo algún cambio tecnológico, social, reglamentario o jurídico que pueda afectar radicalmente su suerte?
    • ¿A qué precio podría venderse su producto?
      Si el precio de su producto no es similar al que cobran sus competidores, puede resultarle difícil conseguir ventas y obtener beneficios. Sus competidores ya han investigado mucho por Vd: Han descubierto el precio que soporta el mercado.
    • ¿Su producto cumple las especificaciones?
      La mayor parte de los productos deben cumplir unos criterios nacionales o internacionales de seguridad, rendimiento, etc. para poder venderse con arreglo a la ley. Conseguir cumplirlos puede resultar un proceso largo y costoso, así que le conviene conocer los requisitos.