Valorar el riesgo a que se enfrenta


Ahora tiene que llevar a cabo una tarea fundamental que muchos inventores no acometen por exceso de impaciencia. La tarea consiste en detenerse y preguntarse: “¿Dispongo de suficientes pruebas que justifiquen llevar adelante mi idea?”

Esto es importante por tres razones:

  • Aún cuando una idea sea novedosa y parezca tener potencial de mercado, no por ello merece automáticamente la pena explotarla.
  • Hasta ahora, su idea no le ha costado mucho dinero. Pero si decide explotarla comercialmente, los costes y los riesgos se dispararán pronto.
  • Pensar en explotar una idea es fácil. Hacerlo es mucho más difícil. Por tanto, necesita estar seguro de su propia habilidad y capacidad antes de decidir ir adelante con ello.

Para ayudarle a tomar la gran decisión “¿llevo adelante mi idea o no?” debe plantearse tres cuestiones clave:

  • ¿Es mi idea suficientemente novedosa?
  • ¿Tiene mi idea un potencial comercial significativo?
  • ¿Estoy yo dispuesto para el reto personal que supondrá convertir mi idea en una oportunidad de negocio?

Vamos a considerarlas una a una.