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Febrero 2020 | Boletín nº 119 | Suscríbete
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Las falsificaciones y los ODS de la Agenda 2030 en relación con el medio ambiente

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030) son una iniciativa impulsada por Naciones Unidas que contiene 17 objetivos y 169 metas incluyendo nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz, y la justicia, entre otras prioridades. En una cumbre celebrada en Nueva York en reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General que involucró a 193 estados miembros de la ONU, se aprobó una Agenda que lleva por título “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible".

Los ODS número 13, 14 y 15 están directamente relacionados porque engloban la lucha contra el cambio climático. Éste impacta negativamente en la economía y a todos los seres vivos.

El ODS 13 controla los cambios en los patrones del clima, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos.

El ODS 14 consiste en conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. La vida de cientos de especies depende de ello.

El ODS 15 busca gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de la biodiversidad.

¿Y qué relación tiene esto con las falsificaciones?

La escalada de las actividades de falsificación y piratería y la creciente eficacia de las autoridades aduaneras y fuerzas y cuerpos de seguridad del estado a la hora de detectar y decomisar productos que violan los derechos de propiedad intelectual (PI) añaden nuevos aspectos de logística y de medio ambiente a los numerosos problemas que plantea la lucha contra la falsificación.

El almacenamiento y la eliminación de manera respetuosa con el medio ambiente de cantidades cada vez mayores de mercancías decomisadas constituyen importantes problemas logísticos para las autoridades nacionales.

Al eliminar los productos decomisados, uno de los objetivos fundamentales consiste en asegurarse de que desaparezcan de todos los circuitos comerciales. Si bien esta medida se adoptó inicialmente como medio de proteger los derechos privados de PI, afloran cada vez más las preocupaciones acerca de la incidencia social y medioambiental de esos productos.

¿Cómo se destruyen los productos falsificados?

Los datos de intervención de productos falsificados en 2018 en España son los siguientes: la Agencia Tributaria intervino casi 3,3 millones y la Guardia Civil por su parte intervino más de 6 millones. A ellos hay que sumar las falsificaciones que día a día decomisa la Policía a vendedores ambulantes: bolsos, ropa, gafas de sol, productos electrónicos, cosméticos, hasta medicamentos.

¿Qué ocurre con todos esos productos falsificados? ¿Qué se hace con ellos? La legislación, tanto nacional como europea es muy clara en este aspecto: o se destruye o se dona con fines benéficos. Y la gran mayoría se destruye. Por ejemplo, en la aduana del Puerto de Valencia existe una máquina triturada que se encarga de destruir el material falsificado incautado en estas instalaciones y después se traslada a un vertedero o se queman.

Otra opción es contactar con una empresa de gestión de residuos, que cuente con unas instalaciones especializadas, como una planta destructora, y que garantice la fiabilidad del proceso de destrucción del material falsificado.

Sin embargo, se está haciendo hincapié en que ese proceso se realice bajo unos criterios de sostenibilidad, seguridad y confidencialidad. Se tienen en cuenta los criterios de asesoramiento medioambiental y cada vez se hace más evidente la necesidad de eliminar esos productos de manera segura y respetuosa con el medio ambiente. Triturar en una misma máquina textil, papel y electrónica o medicamentos y luego enviarlo a un vertedero o a una incineradora no es la opción más beneficiosa para ello. Aunque bien es cierto que sí que es una manera muy llamativa de concienciar a la opinión pública de no comprar este tipo de productos.

Para conseguir una destrucción respetuosa con el medio ambiente lo más conveniente es dejar esos productos falsificados en manos de empresas de gestión de residuos para que reciclen y recuperen estos productos, separen los residuos peligrosos de los no peligrosos y cada uno reciba el tratamiento correcto.

La alternativa de ofrecer una segunda vida a estos productos falsificados se está extendiendo por muchos países europeos. Así se consigue minimizar los efectos medioambientales que la eliminación de dichos productos supone. La opción de la donación de productos falsificados a organizaciones benéficas se contempla en muy contadas ocasiones. Es el caso de productos textiles, complementos o juguetes, siempre que cumplan con las normas de salud y seguridad y no haya rastro de la marca copiada.

A medida que evoluciona la situación en el ámbito de la eliminación de mercancías infractoras de derechos de PI, el objetivo a largo plazo consiste en:

  • reducir la producción y la demanda de mercancías infractoras por medio de campañas de educación y de sensibilización del público más amplias y eficaces;
  • reutilizar las mercancías infractoras una vez que se ha constatado que es seguro donarlas; y
  • reciclar todo lo demás.

La eliminación de mercancías infractoras decomisadas de manera respetuosa con el medio ambiente se está convirtiendo en el objetivo prioritario de muchos países. Abordar este problema complejo de manera puntual y eficaz contribuirá a minimizar los costos y el posible daño medioambiental que ocasiona la acumulación de mercancías infractoras que han de ser eliminadas.

FUENTE: Agencia Tributaria, Ministerio del Interior, OMPI y Agenda2030.

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