En un país como España con una abundante riqueza cultural y unas tradiciones tan arraigadas en cada uno de sus territorios, la artesanía adquiere una dimensión que trasciende su importancia meramente económica. Los productos artesanos son parte de la identidad de cada una de las poblaciones donde se elaboran y a través de ellos se cuenta su historia, se puede vivir su tradición e imbuirse de sus costumbres.
Los Premios Nacionales de Artesanía son siempre un acontecimiento importante, ya que contribuyen a la preservación, actualización y proyección contemporánea del legado cultural que mantienen los oficios artesanos en España. Pero la edición de este año, presidida por el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, adquiere, si cabe, una mayor relevancia. Y es que, desde el pasado 1 de diciembre, la Unión Europea (UE) ha extendido a la artesanía y a la industria la protección de la que gozaban los productos agroalimentarios a través de las Indicaciones Geográficas, lo que pude impulsar un renacer de la artesanía europea.
El Ministerio de Industria y Turismo acogió ayer la XVIII edición de estos galardones que reconocen a “un sector estratégico que combina tradición, innovación, sostenibilidad y arraigo territorial”, en palabras de Hereu.
Los Premios, promovidos por el Ministerio de Industria y Turismo y organizados por Fundesarte, el área de promoción de la artesanía de la Fundación Escuela de Organización Industrial (EOI), se dividen en cinco categorías.
El Premio Nacional recayó sobre Pedro Antonio Blanco Ubalde, maestro espartero de Úbeda y sexta generación de una familia dedicada al trabajo del esparto desde 1825, ha consolidado un modelo ejemplar de artesanía contemporánea que combina técnicas tradicionales, diseño, sostenibilidad y proyección internacional. A través de Ubedíes Artesanía, ha llevado el esparto al ámbito de la moda, el diseño y los proyectos culturales de primer nivel, colaborando con diseñadores y marcas nacionales e internacionales, y contribuyendo activamente tanto a la transmisión del oficio como a su reconocimiento como patrimonio cultural inmaterial.
Aitor Martínez López de Arbina se ha alzado con el Premio Producto por su colección Mundos, que nace del torneado artesanal de madera de fresno gallego y propone una reflexión poética sobre la diversidad y la conexión humana. Piezas de gran formato, técnicamente complejas y formalmente rotundas, que integran las imperfecciones naturales del material como valor expresivo. El proyecto destaca por su compromiso con la sostenibilidad, el uso de madera local con trazabilidad certificada y una activa labor de divulgación del oficio.
El jurado concedió el Premio al Emprendimiento a Baku Barrikupel, un ejemplo de emprendimiento rural fundado por el artesano Jesús Prieto y su hija diseñadora, Amaia, que se basa en la reutilización de barricas de vino y otros materiales. Su trabajo integra diseño, artesanía y economía circular, dando lugar a piezas de iluminación, mobiliario y menaje con una fuerte carga conceptual y medioambiental. El proyecto demuestra cómo la artesanía puede generar oportunidades económicas sostenibles en entornos rurales.
La Alfarería Melchor Tito recibió el Premio Promociona para Entidades Privadas por el proyecto "La poética del fuego y la tierra. Revivir un horno árabe". Una iniciativa liderada por el maestro artesano ubetense Melchor Tito que ha recuperado y reactivado un histórico horno hispano-morisco de más de 30 m³ de capacidad, devolviendo a la vida un patrimonio técnico y cultural único. El proyecto, desarrollado en colaboración con la Fundación Factum, ha trascendido el ámbito artesanal para convertirse en un proyecto cultural de alcance internacional, con exposiciones, colaboraciones artísticas y un documental que preserva y difunde conocimientos ancestrales de la alfarería tradicional.
Por último, el Premio Promociona para Entidades Públicas fue a parar a la Fundación Artesanía de Galicia por su proyecto Artesanía no Prato, que desde 2013 impulsa el diálogo entre artesanía y gastronomía, conectando a talleres artesanos gallegos con chefs nacionales e internacionales. El proyecto ha generado un ecosistema de colaboración que fomenta la innovación, la especialización y la sostenibilidad, posicionando el menaje artesanal como soporte de creación culinaria y reforzando el valor del producto local, la identidad y el territorio.
Los Premios Nacionales de Artesanía reafirman un año más su papel como herramienta de reconocimiento, promoción y proyección de un sector que contribuye de manera decisiva a la economía, la cultura y la cohesión territorial del país.
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